13-Septiembre-2015

BIENVENIDOS

BOLETÍN INFORMATIVO

Domingo 13 de Septiembre del 2015

EDITORIAL

Pastor Rodolfo Bautista

SERIE : AMO MI IGLESIA

Sin duda llegamos amar aquello que conocemos, y sólo

conocemos aquello a lo que pertenecemos, y pertenecemos

en donde descubrimos nuestro lugar.

Esta formula se aplica también en la vida de la iglesia.

Descubriendo mi lugar mi propósito y usando un lenguaje

teológico mi ministerio, entonces puedo amar la iglesia

donde Dios me puso.

La sabiduría de Dios es increible. Para organizar una

iglesia y para hacerla eficiente El Señor regaló dones

espirituales a cada cristiano sin excepción. De tal manera

que una iglesia es un grupo personas capacitadas para

realizar el ministerio. Es decir, Dios no nos manda hacer

algo sin antes darnos las herramientas necesarias, no nos

mada a organizar una instución tan poderosa como es una

iglesia sin decirnos como habremos de organizarnos.

Tu membresía en Armonía Familiar no es casualidad, ni tiene

porque transcurrir de una manera plana. Como miembro de

Armonía Familiar estás capacitado para realizar una tarea, y

el serviir te llevará amar a tu iglesia.

¿Qué cristiano verdadero no quiere ver a su iglesia creciendo

y alcanzando nuevas personas?¿Qué cristiano verdadero no suma

para el engradecimiento del Reino de DIos?

Te desafío a que descubrar tu lugar en el cuerpo para que te

apasiones viendo como Dios te usa para bendecir a otros.

No hay mayor satisfacción en la vida que esto.

SERIE : Amo Mi Iglesia

Sermón : “La iglesia un cuerpo de personas capacitadas”
Texto : 1ª Corintios 12:3-21

Introducción: Sin duda llegamos amar aquello que conocemos, y sólo conocemos aquello a lo que pertenecemos, y pertenecemos en donde descubrimos nuestro lugar. Esta fórmula se aplica también en la vida de la iglesia. Descubriendo mi lugar mi propósito y usando un lenguaje teológico mi ministerio, entonces puedo amar la iglesia donde Dios me puso.

Todo cristiano verdadero tiene un lugar en la iglesia donde Dios lo puso y descubrir ese lugar sin duda me lleva amar a mi congregación y a identificarme con ella.

1ª Corintios 12.

V3. “Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.” Entender mi lugar en la iglesia, desarrollar un ministerio y dar fruto en el servicio es una obra del Espíritu Santo. De tal manera que la iglesia sólo funciona con personas que verdaderamente han hecho una decisión por Cristo resultado de la presencia del Espíritu Santo. Sólo así entiendo que tengo un lugar en la iglesia. No es carga, no es obligación. ¡Es un privilegio!

V 4.5. “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo.” Funcionar como cuerpo es funcionar desde la unidad. Los ministerios en una iglesia no están para competir, ni para ser los protagonistas, ni para criticar a otros ministerios. Dios nos llama a la unidad en medio de la diversidad. Esa unidad es resultado de una vida plena en el Espíritu Santo.

V 7 “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho”. El lugar que ocupas en la iglesia desde tus dones espirituales es para que otros se sirvan de ti, para que tu iglesia sea más eficiente y tenga mayor alcance en su ministerio. Tu presencia en la iglesia es para algo .…. Tus dones son necesarios.

V 11 “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.” Nuestro lugar en la iglesia no es algo que nosotros decidamos, es Dios no has capacitado para funcionar de manera correcta. Si ocupas un ministerio para el cual no estás capacitado estás dañando la obra de Dios.

V 15 “Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo?” No podemos pensar que el no hacer alguna tarea en la iglesia ya no me hace necesario. No podemos querer ministerios para los cuales no hemos sido capacitados.

V21 “Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo?” No podríamos funcionar sin ti, pero también no podrías desarrollar tu vida cristiana de una manera plena sin nosotros.

Amar a mi iglesia es darme cuenta que me necesitan y que mi ausencia o mi pasividad está afectado a la obra. Y cuando dejas de congregarte te estás perdiendo la oportunidad de ser ministrado para bendición de tu vida.

Querido hermano(a) Dios te ha capacitado para ser bendición.

Sirve y amarás la obra donde Dios te ha puesto. Intégrate y aprenderás que el amor y sólo el amor es lo impulsa, sostiene y sana nuestra iglesia.